lunes, 4 de julio de 2011

De la brevedad engañosa de la vida

En seguir sombras y abrazar engaños
se fueron los afanes de mi vida.
Casi finalizada la partida
dueño soy de tan sólo desengaños. 

Confiados, subimos los peldaños
de dos en dos. Y, luego, a la salida,
la pesadumbre de la despedida,
el daño irreparable de los años. 

El tiempo, el tiempo, el tiempo, esa es la clave...
Al barco ya le gimen las cuadernas
y a menor esperanza, más sofoco. 

Nos vamos a la nada en nuestra nave,
no hay nadie que la libre de galernas.
Y esto no es un soneto del Barroco.

Una ventaja del formato de esta sección poética [en el semanario Alba] es que el nombre del poeta y su fecha de nacimiento aparecen al final, tras la lectura del poema, que se deja leer así libre de prejuicios, de etiquetas histórico-literarias, de características de manual y, sobre todo, de prestigios preestablecidos. Y en este caso además con una enorme ventaja añadida, pues no se estropea la sorpresa del último verso, su técnica del desengaño, especialmente apropiada cuando el desengaño vital es también el asunto del soneto. El atento lector puede haber creído que, efectivamente, se encontraba ante un soneto barroco, pero no: es un tema de siempre y, por tanto, de hoy mismo, como permitía atisbar el coloquialismo del verso 11. Pero incluso con ese sutil preaviso, la punzante conclusión, tan acorde también con el título de esta sección, “Clásico, es decir, actual”, nos dice, con una sonrisa resignada, que la brevedad de la vida y la futilidad de nuestros afanes no fue un tema del Siglo de Oro y adiós, sino de todas las épocas, del hombre y su naturaleza. ¡Ah!, el autor es Fernando Ortiz (Sevilla, 1948), un poeta sabio, que ha sabido (quod erat demostrandum) traerse como nadie la tradición a nuestro lado. 

3 comentarios:

  1. Magnífico el soneto de Fernando Ortiz: iba a escribir soberbio pero es lo contrario, como debe ser. Gracias, querido Enrique, por recordarnos un soneto que a su vez nos recuerda tantos otros sonetos de tantos otros clásicos, y gracias por tu comentario, que nos recuerda la sabiduría de nuestro poeta al "traerse como nadie la tradición a nuestro lado".

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  2. Gracias, Santiago. El mérito es de F. O. Un abrazo.

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  3. Clásico no es lo actual. Es lo bien hecho, decía el ya ido poeta de "Mediodía" Manuel Díez Crespo. Tan clásico es el Partenón como un buen soneto de Borges (quod erat demostratum). Me gustaría tener el tf. móvil de Enrique G-M, pues le envié mis libros a Mar Labrador, y me los devolvió correos. Entonces se los envié a Sotogrande, y espero los recibiera. Un abrazo
    Fernando Ortiz
    tf 657933367

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