Mi hija de un año, por ser de la generación digital, trae de serie la función de manejar aparatos electrónicos. Es de admirar cómo se entiende con el mando a distancia de la tele, aunque a nosotros nos supere ese zapping en zig-zag… Y qué decir, qué, de la soltura con la que manipula nuestros móviles hasta el completo agotamiento de la batería (si hay suerte) o la llamada aleatoria a alguno de nuestros contactos o el descalabro del terminal (nunca mejor dicho). El otro día asistí en primera fila al descubrimiento de su propio ombligo, que tiene forma de bellísimo botón de IPhone. Automáticamente, se lo apretó con su dedito 2.O. Me dio pena pensar que su cuerpo iba a decepcionarla en cuanto descubriese que no se encendía ni sonaba nada. Pero no: saltó de inmediato su luminosa risa. Y cada vez que le daba al botón se reía, se reía.
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Genial. Por cierto, no sé si sabes que ese botón (te refieres, claro al central de abajo), se le llama "Home". Eso le añade chestertonismo.
ResponderEliminarEs que su cuerpo es la máquina más sofisticada de todas las que ha descubierto y, además, pulsar ese "botón" produce cosquillitas.
ResponderEliminarEnhorabuena por tener ese tesoro en casa.
Felicidades para mañana, que no vendré por aquí.
ResponderEliminarSemana grande en vuestra casa ¿cuando se celebra Santa Leonor?