lunes, 6 de junio de 2011

¿Por qué callé yo?

Soy un bocazas y un metepatas constante y, sin embargo, mis más pesados cargos de conciencia son por las pocas veces (poquísimas) en que cierro el pico. La última, en mi instituto público de Enseñanza Secundaria. Voy por el pasillo y escucho la conversación de una chica y un chico. No son alumnos míos ni los conozco de nada. Él le pregunta a ella con voz melosa qué va a hacer esa tarde. Ella contesta que irá a la catequesis de post comunión. Yo, claro, me intereso con precipitación gozosa. Él parece contrariado. Ella, firme. Al final, él suelta con muy mala uva: “¡Beata!”. (Yo me callo, maldición.) Y como se separan, porque no son del mismo curso, él sigue pasillo abajo revolviéndose y gritándole: “Beata, beata …”, cada vez más alto. 

23 comentarios:

  1. Muy buena la "precipitación gozosa". Este marinero como más me gusta es cuando trata de ofender.
    Y esa chica, mujer fuerte.

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  2. Bueno, creo que las chicas ya no necesitan quien las defienda. A lo mejor hasta le habría molestado.

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  3. Dios te lo pague, JSR. Es verdad. Qué alivio.

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  4. Tampoco había nada de lo que defenderla ¿no? ¿Desde cuándo "beata" es un insulto?

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  5. Touché, CB. Aunque en esto pasa como en lo que contaba Eugenio d'Ors de su niñez. Había llamado a un vecino "comerciante" y este fue a protestarle a su madre. Cuando ella le replicó: "¿Qué hay de malo en eso si usted lo es?". "La intención, señora, la intención".

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  6. Coincido con JSR no sé cómo hubiera quedado una intervención directa allí, dudo mucho de sus beneficios...

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  7. Rectifico a "María": en mi vida he tratado de "ofender" a nadie -no es mi estilo-, ni menos a EGM, a quien como he dicho repetidamente, en su blog y en otros sitios, aprecio y respeto de veras. ¿No me confundirá con un suplantador que me ha salido, y que estos días anda especialmente activo -por ejemplo, en el foro del artículo a que remite EGM? No vea "María" ofensas imaginarias donde sólo hay disentimiento amistoso, y a veces un poco de ironía. Que EGM, en su artículo, trata de arrimar el ascua a su católica sardina, es evidente para cualquiera que lea. Que la lectura de las obras de Shakespeare puede perfectamente hacerse sin tener en cuenta dichos esfuerzos, como la ha hecho toda la tradición crítica inglesa durante siglos (y no sólo ella), también. Suposiciones aparte, no sabemos, ni probablemente sabremos nunca, cuál era la creencia religiosa de Shakespeare, o si no tenía ninguna. Y eso ni ha impedido, ni impedirá, leerle con tanta profundidad como uno sepa. ¿Que quiere alguien leer su obra como si el autor fuera católico? Es su problema. Yo prefiero limitarme a lo que se ha hecho siempre: leer lo que la obra dice, sin entrometer (al menos, deliberadamente) prejuicios, convicciones o deseos propios en dicha lectura.

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  8. La ironía se admite, claro, pero lo interesante es que la obra no permite, Marinero, otras interpretaciones. Incluso antes de tantas evidencias históricas del catolicismo de Shakespeare, se hacía una lectura católica (véase cita de Newman o incluso el filocatolicismo del mismo Dr. Johnson).

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  9. El montañes enmascarado6 de junio de 2011, 22:14

    Llego con retraso, pero no puedo resistirme a echar mi cuarto a espadas en esta conversación. Y pregunto a marinero ¿acaso es conveniente prescindir de lo que un escritor pensaba y sentía cuando se lee su obra? ¿no nos aporta luz saber cuál fue su fe o como fue su vida?. Según tú basta con leer, y es cierto, pero también es cierto que esa lectura se enriquece cuando sabemos los entresijos y sentires de quien lo escribió. Hablas de prescindir de prejuicios en la lectura, y sin embargo invocas la tradición crítica inglesa, que alumbrada por el antipapismo tudoriano de raiz braguetera (Ana Bolena, al fondo a la izquierda), siempre prescindió de cualquier explicación que tuviese que ver con lo Católico. A veces pretendemos ser tan asépticos que nos olvidamos de que quienes escriben son personas que nos acompañan con sus libros (leemos para saber que no estamos solos), y a mi me gusta saber quien y como es quien me acompaña. Nada más y un saludo

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  10. La afirmación de EGM de que, cito, "la obra no permite otras interpretaciones", la pondremos a beneficio de inventario de sus propias convicciones católicas. Para que se vea que no es el caso, citaré al crítico vivo que quizá se haya ocupado más de Shakespeare; me refiero a Harold Bloom. En "El canon occidental", por ejemplo, puede leerse (pág. 61 de la edición de bolsillo) que "conocemos muy pocos hechos de la vida interior de Shakespeare, pero si se dedican muchos años a leerlo incesantemente, se empieza a ver lo que no era. Calderón es un dramaturgo religioso, y George Herbert un poeta devoto; Shakespeare no es ninguna de las dos cosas". Y, un poco más adelante, "las tragedias más sombrías de Shakespeare, Lear y Macbeth, no ceden a la cristianización, ni tampoco las grandes obras equívocas, Hamlet y Medida por medida". O, en la página 66, "El secreto de que Shakespeare sea el centro del canon reside, en parte, en su independencia". Y aclara: "no tiene teología, ni metafísica, ni ética". Podría multiplicar los ejemplos, de Bloom y de cientos de otros, pero no me parece necesario.

    Es muy evidente que, en contra de la afirmación de EGM, "la obra" sí permite, y ha permitido históricamente, muchas otras interpretaciones. El problema para mí es más bien que, frente a la muy razonable humildad de Emerson ("un buen lector puede, en cierto modo, situarse en la mente de Platón y pensar desde ahí; pero no en la de Shakespeare. Sigue estando fuera de nuestro alcance"), hay quien trata de reducirlo a la medida de sus propias, y personales, ideas, con el objetivo, declarado o no, de hacerlo "de los suyos". Como ya dije, no es mi caso. Yo me considero agnóstico; tengo la seguridad de que, si se encontrase una prueba irrefutable de que Shakespeare también lo era, yo no trataría de apropiármelo por eso, ni pensaría (Dios me libre de semejante soberbia) que su obra no admitía por ello más que una interpretación.

    Respecto a lo que dice el amigo "enmascarado", es curioso que repita (y, supongo, valide) mi consejo de prescindir de prejuicios, para a continuación calificar como lo hace a la entera tradición crítica inglesa, según él "alumbrada por el antipapismo tudoriano de raíz braguetera". Si semejante irritada barbaridad no es un prejuicio, yo soy turco.

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  11. Cuando Marinero tiene razón se la doy encantado. Es verdad que Bloom ve en Shakespeare a un campeón de la indefinición, y desde ahí hace sus lecturas incesantes. Me parece muy significativo que todos los defensores de esa lectura vengan a decir con Emerson que Shakespeare se les escapa, está fuera de nuestro alcance, es un Proteo, una máscara y todo eso... Posiblemente se les escape como se les escapó, por fortuna, a los policías de Isabel I. Pero en cualquier caso, yo me equivoqué --mea culpa-- al decir que no permite más lecturas, cuando sólo quería decir que ninguna llega tan hondo y explica tanto la obra y el autor como la clave católica, como vio Newman y otros y siguen viendo más y más.

    Y mi interés prioritario no es hacer a Shakespeare uno de los míos, aunque tampoco me duelen prendas en reconocer que me alegro muchísimo de ser uno de los suyos, sino leerlo lo mejor posible. Por lo mismo a Basho lo leo con Buda por delante zen por zen.

    Ah, Montañés, ya ves que no llegaste nada tarde. Bienvenido.

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  12. Me alegro de que EGM rectifique. Es obvio que él puede leer a Shakespeare desde las convicciones que guste; también lo es que al afirmar, como él lo hacía aquí y en el "Diario de Cádiz", que "no permite otras interpretaciones" que la católica, está diciendo algo no sólo objetivamente falso, sino que tiene un tufillo inquisitorial francamente evidente. Es una afirmación que un inquisidor de nuestros días estaría, supongo, encantado de firmar. Dejemos, pues, a cada uno que lea a Shakespeare como buenamente pueda y sepa; es lo justo, y él no merece menos.

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  13. El montañes enmascarado7 de junio de 2011, 8:38

    Marinero, tomé tu mención a los prejuicios simplemente para señalar que también la crítica inglesa que tu invocabas tiene prejuicios y prejuicios de carácter religioso, buena parte de los cuales tienen su origen en el cisma de la iglesia anglicana que, como es sabido, tuvo su causa en las "necesidades" (y no en otra cosa) de Enrique VIII. En relación con esto, admito que mi frase sobre el antipapismo tudoriano es chocarrera (así lo quise, pues entre tanta floritura a veces viene bien un espadazo), sin embargo en lo que no estoy de acuerdo es en que mi "barbaridad" sea irritada, acaso irritante por el disgusto que veo te produce; ni un prejuicio, pues es más bien un postjuicio a la vista de la persecución y el desprecio con que los católicos (papistas según los buenos anglicanos) han sido tratados en el vecino de arriba.Por eso me choca que, en un mundo en el que para muchos escritores se cuentan como méritos literarios sus exilios y persecuciones, resulte que no tenga importancia si WS fue católico de catacumba, debiendo ocultar su fe para evitar la persecución

    En fin, insisto en que me gusta saber cómo eran y qué eran quienes escribían los libros que leo y por eso me gusta saber que Shakespeare era católico y no por ello necesariamente un beato (no todos los católicos somos beatos, es más, lo más frecuente es que no lo seamos). Por cierto, también me gustan los libros del agnóstico Borbes, del filonazi Celine o del comunista Neruda, y yo no soy ni agnóstico ni filonazi ni comunista, que le vamos a hacer.

    Sea como fuere recibe un cordial y leal saludo.

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  14. El problema con el amigo enmascarado es que toma por verdad indiscutible lo que no es más que una especulación. Como él mismo dice, "LE GUSTA saber que Shakespeare era católico", y como le gusta, pues no hay más que decir. No hay ninguna constancia objetiva de que lo fuese. Y, respecto a "la persecución y el desprecio con que los católicos han sido tratados en el vecino de arriba", le recuerdo que nuestra afamada y santísima Inquisición tenía cualquier forma de protestantismo como un delito merecedor de la muerte, y que hubo bastantes que, en efecto, ardieron por esa causa. Yo no supongo, sin embargo, que eso contamine de parcialidad sectaria a todo pensamiento procedente de España, como sí parece suponerlo mi contradictor sobre el pensamiento inglés.

    En resumen: 1) Que Shakespeare fuera católico es simplemente una especulación, del todo discutible. 2) Sus obras pueden perfectamente leerse sin semejantes anteojos previos, como lo han hecho y lo seguirán haciendo centenares de críticos y miles y miles de simples lectores. Y 3) El pensamiento inglés no está, desde luego, más prejuiciado que el español (salvo por lo que aún pueda conservarse de la célebre afirmación del rector de la Complutense -todavía alcalaína- que, en 1813, y ante el recién retornado Fernando VII, finalizó su discurso con ella: “Nada más lejos de nuestra intención, majestad, que la funesta manía de pensar”. Es obvio, sin duda, que el no-pensamiento estará menos prejuiciado aún).

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  15. Qué mareo, Marinero. 1) Parece que no ha leído usted ninguna de las investigaciones sobre el catolicismo de WS. Incluso alguien como el arzobispo anglicano de Canterbury, desde luego con más prejuicios que usted en contra y en general mucho menos tolerante, libre, neutral y exquisitamente mesurado, ha llegado a la conclusión de que lo más probable es que fuese un católico en las catacumbas, en feliz expresión de Montañés.
    2) Por supuesto, usted puede leer a WS cómo le pete y dónde le parezca mejor. Yo leo a Bloom así, por ejemplo. Sucede, sin embargo, que sin la clave católica es asombroso el número de lectores inteligentes que reconocen que, siendo admirable, se les escapa WS. Véase su propia cita de Emerson, para el que Platón, sin embargo, era un juego de niños. También se puede leer a Basho pasando del zen, pero a ver cómo se entiende entonces el haiku aquél de la mierda y el Buda, entre tantos otros.
    3) Sería lamentable no reconocer el papel de la Inquisición en la obra de Vives, ¿verdad? Igual sería empeñarse en no ver el papel de las otras persecuciones en todos los casos.
    4) Tan enmascarado como el Montañés está usted, le recuerdo.
    y 5) un abrazo.

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  16. Quiero dejar claro que yo no tengo ningún inconveniente (¿por qué habría de tenerlo?) en la posibilidad de que WS fuera criptocatólico. Sólo señalo que eso es una teoría, como tantas otras que hay acerca de él, incluso las que suponen que no fue él mismo el autor de sus obras. Yo comprendo que a EGM le resulte muy atractiva, pero no deja de ser eso, una teoría. También podría uno empeñarse en leer sus obras como si las hubieran escrito Marlowe, o Bacon (es decir, tomando como punto de partida las obras indudables de uno u otro), teorías que cuentan con muy lucidos defensores y a las que se han dedicado voluminosos libros. Yo sigo creyendo más recomendable leerlas ateniéndose a lo que ellas realmente dicen, y no a lo que a uno le gustaría que tal vez dijeran; pero quien prefiera leerlas "desde" Marlowe, o Bacon, o el catolicismo, o lo que sea, es muy libre. No soy precisamente yo quien pretende imponer, o por lo menos aconsejar como excluyente, una determinada lectura; todo lo contrario.

    Respecto a llamar al "montañés" "enmascarado", no hay en ello ninguna intención crítica; es sólo que, de los dos adjetivos, es el que más gracia me hacía. Pero le puedo llamar exactamente igual "amigo montañés", o "amigo X". Ciertamente, respeto su anonimato -sólo faltaría.

    Y un abrazo también.

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  17. El montañes enmascarado8 de junio de 2011, 8:33

    Amigo marinero, no voy a ocultar o "enmascarar" que ciertamente es de mi agrado que WS fuese católico por que, como ya he dicho yo lo soy. Igualmente me gusta que lo sean Chesterton o Miguel D'ors, por que son escritores de mi preferencia con quienes me identifico y no solo por su fe sino también por su manera de escribirla; hay otros también católicos que, pese a ello, no me dan más (Maritain, Bernanos...)y de los que sin embargo saber como pensaban me ayuda a comprender mejor sus escritos. Sin embargo, cuando yo digo que me gusta saber que WS fue (aquí una concesión) probablemente católico es porque, y creo que ha quedado claro en mis anteriores correos, considero que saber como pensaban y sentían aquellos cuyos libros leemos es un complemento indispensable para mejor comprenderlos. Por eso cuando digo que "me gusta saber que WS era católico" es por que me gusta saber lo que (otra concesión)muy probablemente era, que en este caso es ser católico, y no sólo por saber que lo era. De la misma manera, me importa saber que Miguel Hernandez fue comisario político o que Drieau La Rochelle fue colaborador de los nazis y con eso no quiero decir que me guste que uno fuese comisario pólítico y otro un colaboracionista.

    En fin, y resumiendo, y por lo que a WS se refiere digo que "me gusta saber que (vuelvo a la concesión)probablemente fue católico y además me gusta que lo fuera"

    Finalmente, lo de enmascarado a mi también me hace gracia y es reminiscencia de las lecturas juveniles de la serie El Coyote (D. Cesar de Echagüe, un gran tipo con máscara) que siempre me cayo mejor que El Zorro.

    Un saludo marinero ¿en tierra?.

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  18. Gracias por la "concesión". Yo, ya digo, tengo la mala costumbre de no leer a mis autores preferidos (ni a los otros) desde presupuestos ideológicos. Puedo asegurar al amigo "enmascarado" que en lo último que pienso leyendo la Elegía de Miguel Hernández (o las Nanas de la cebolla, o lo que se le ocurra) es en su condición de "comisario político"; me parece tan relevante, a la hora de leerlo, como el que fuera oriolano, bajito o amante de Maruja Mallo, cosas todas ellas, al parecer, más seguras que el criptocatolicismo de Shakespeare. Quien prefiera poner por delante del texto que lee cualquier convicción ideológica, es muy dueño; aunque yo tendería (humildemente) a sospechar que la literatura no es exactamente lo suyo, y que haría mejor en leer otras cosas. Que Borges dijera algunas burradas respecto a la dictadura argentina, o aceptara una condecoración de Pinochet, me resulta un dato pintoresco que, estoy seguro, no influye en nada mi lectura del Poema de los dones, El golem, Ficciones o lo que sea. Lo otro, con perdón, me parece un poco insano. Pero, repito, allá cada cual con sus debilidades; sin duda, todos tenemos las nuestras.

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  19. el montañes enmascarado8 de junio de 2011, 18:41

    En tu "humildad", marinero ¿en tierra?, sospechas bien, la literatura no es lo mío, ni la escribo, ni la enseño, ni hago crítica de ella, simplemente me gusta leer desde niño (incluso el poco literario Coyote, vaya por Dios) y me gusta conocer a quien leo. Y, sin embargo, estoy seguro de que "Nanas de la cebolla" algo tiene que ver con que Miguel Hernández fuese lo que fue y viviese lo que vivió (como oriolano, pastor, amante de Maruja Mallo, comisario político, enemigo de Alberti o, en este caso, más propiamente, padre y prisionero de guerra), pues lo contrario sería tanto como decir que lo que el escritor escribe no tiene nada que ver con su vida y su pensamiento y eso, a pesar de mi escasa literatura, me parece una necedad. Ciertamente, que uno puede leer cualquier cosa con agrado y deleite sin saber nada de su autor, pero también sé que normalmente si una lectura te gusta procurarás saber más de quien la escribió (yo al menos por eso llegué a "trampolink", no se tú). Lo contrario creo que es ponerse esas anteojeras de las que hablas. De ahí que tenga su importancia, para una mejor comprensión de su obra, saber si WS fue o no católico de catacumba.

    En fin, que hasta aquí.

    Un sano saludo desde la montaña al mar.

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  20. ¿Catequesis de post-comunión?

    José Luis

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  21. Eso es desconfiar de la Gracia.

    Ánimo con las evaluaciones. Me parece muy adecuado que le des una vuelta a eso del paso del yo, al nosotros. Quizá lo más valioso de la intimidad es que es íntima.

    Un abrazo,

    José Luis de la Cuesta

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