Análisis prodigioso que no incurre en los tópicos habituales, en un estilo ágil y lleno de gracia.Te atrapa desde el principio y no te suelta hasta que termina. Jilguero
Yo no estoy de acuerdo con el análisis. Al Sr. éste la criatura 15M le ha salido un ñordo inviable, no le adjudiquemos ahora el mérito de que su propia mierda no se tenga en pie.
Gracias por el acuerdo y el desacuerdo, y los comentaristas en la página. Qué triste sería ir lanzando hipótesis más solo que la una.
La cuestión, José Luis, es que no creo que él montase el montaje. Por otra parte, es un mérito el suyo que reconozco con mucha melancolía: el de usar la ley o no usarla en su provecho. La melancolía estriba en ver que ese maquiavelismo a veces (otras, como con Bildu, no, y es un horror) funciona.
Coincido en que Rubalcaba no haya sido el artífice originario del montaje. Pero está, creo, igual de claro que lo ha tenido en palmitos con su pasividad y no, precisamente, con el disimulado fin de abocarlo al fracaso. Todavía hoy, después de que se haya constatado no sólo la inanidad del montaje sino su nula susceptibilidad de ser aprovechado electoralmente (50.000 cabezas, entre perroflautas, funcionarias bigotudas y progres de sacristía en Madrid, perdonen ustedes que me ría),tenemos que escuchar y ver los guiños que se le hacen en la sesión de control. Los dos maquiavelismos recientes de este Señor (Bildu por un lado y esperar a ver qué sacaban del 15M por otro), le han salido por la culata.
Se capta claramente, y es un acierto, el matiz melancólico del artículo; pero creo que es hora de desterrar el tópico que le concede una especial inteligencia a este sujeto, cuando simplemente es un señor que se pasa con impunidad la ley por el forro.
La intención de aprovechar el movimiento 15-M no es contradictoria a la necesidad de descafeinarlo. El ministro Rubalcaba y el PSOE mal podían aprovechar de otra forma un movimiento antipartidista y anti privilegios de los políticos. De ser esas sus intenciones, que no lo dudo, digamos que Rubalcaba ha estado medio listo, pues ha conseguido lo primero, sin que parezca que vaya a lograr lo segundo.
No comparto vuestro optimismo, desgraciadamente temo que el 15M aún no se haya acabado. Creo que pasará a la historia de los movimientos antidemocráticos. Espero equivocarme. Meg
Análisis prodigioso que no incurre en los tópicos habituales, en un estilo ágil y lleno de gracia.Te atrapa desde el principio y no te suelta hasta que termina.
ResponderEliminarJilguero
Yo no estoy de acuerdo con el análisis.
ResponderEliminarAl Sr. éste la criatura 15M le ha salido un ñordo inviable, no le adjudiquemos ahora el mérito de que su propia mierda no se tenga en pie.
José Luis
Gracias por el acuerdo y el desacuerdo, y los comentaristas en la página. Qué triste sería ir lanzando hipótesis más solo que la una.
ResponderEliminarLa cuestión, José Luis, es que no creo que él montase el montaje. Por otra parte, es un mérito el suyo que reconozco con mucha melancolía: el de usar la ley o no usarla en su provecho. La melancolía estriba en ver que ese maquiavelismo a veces (otras, como con Bildu, no, y es un horror) funciona.
Coincido en que Rubalcaba no haya sido el artífice originario del montaje. Pero está, creo, igual de claro que lo ha tenido en palmitos con su pasividad y no, precisamente, con el disimulado fin de abocarlo al fracaso.
ResponderEliminarTodavía hoy, después de que se haya constatado no sólo la inanidad del montaje sino su nula susceptibilidad de ser aprovechado electoralmente (50.000 cabezas, entre perroflautas, funcionarias bigotudas y progres de sacristía en Madrid, perdonen ustedes que me ría),tenemos que escuchar y ver los guiños que se le hacen en la sesión de control.
Los dos maquiavelismos recientes de este Señor (Bildu por un lado y esperar a ver qué sacaban del 15M por otro), le han salido por la culata.
Se capta claramente, y es un acierto, el matiz melancólico del artículo; pero creo que es hora de desterrar el tópico que le concede una especial inteligencia a este sujeto, cuando simplemente es un señor que se pasa con impunidad la ley por el forro.
José Luis
Maquiavela, que algo queda.
ResponderEliminarLa intención de aprovechar el movimiento 15-M no es contradictoria a la necesidad de descafeinarlo. El ministro Rubalcaba y el PSOE mal podían aprovechar de otra forma un movimiento antipartidista y anti privilegios de los políticos. De ser esas sus intenciones, que no lo dudo, digamos que Rubalcaba ha estado medio listo, pues ha conseguido lo primero, sin que parezca que vaya a lograr lo segundo.
ResponderEliminarNo comparto vuestro optimismo, desgraciadamente temo que el 15M aún no se haya acabado. Creo que pasará a la historia de los movimientos antidemocráticos.
ResponderEliminarEspero equivocarme.
Meg