viernes, 10 de junio de 2011

El coste de oportunidad


El concepto fue acuñado por el economista Friedrich von Wieser en su Theorie der gesellschaftlichen Wirtschaft (1914). Consiste en determinar el valor verdadero de una inversión según el de aquellas alternativas que hemos dejado de realizar. A ese concepto casi matemático, el poeta Miguel d'Ors le insufla la dosis justa de elegía, y cincela un verso inolvidable: "A cuántas cosas dice ‘no’ cada ‘sí’ que pronunciamos", de aplicación ininterrumpida en nuestras biografías y hasta en nuestras bloggrafías. Antes, el gran Chesterton había convertido cada acción —cualquiera— en un rito religioso. Puesto que emprender algo implica limitarnos y renunciar a las demás posibilidades, “todo acto es un sacrificio”. Lo que obviamente no le quita valor: se lo da. 

5 comentarios:

  1. Al decidir algo renunciamos a las demás posibilidades; cuando decidimos no decidir, renunciamos a todas. Es inesquivable la renuncia.
    Jilguero

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  2. Cuánto me acuerdo de ese verso de D'Ors (quizás estaba en "La música callada", creo que se titulaba así el poemario), uno de esos acontecimientos inesperados -como todos los acontecimientos- que me fraguaron.

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  3. Ser libre es renunciar.
    Aunque ahora nos pretendan vender lo contario Modestamente, déjenme hacerme publicidad: http://elsalonazul.blogspot.com/2011/06/hirdetes.html

    Kris Kelvin

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  4. Sólo siento, KK, que aquí la publicidad (Recela de la publicidad, en cualquier caso) no será muy efectiva. Tu entrada, y ese motto, merecen toda la divulgación del mundo.

    Gran momento de d'Ors (él, su padre y, sobre todo, su abuelo prefieren la grafía con d minúscula) y qué bien te fraguó, JMMF.

    "Que las horas me traigan y las horas me lleven/ y que nunca me obliguen el camino a elegir" es un díptico estupendo, querido Jilguero, no tanto por la idea, mucho menos acertada que la tuya, sino por ese me lleven y me traigan que nos muestra el inestable estado de quien decide no decidir.

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  5. Por los datos que has ido dejando en el blog, Enrique hijo está a punto de llegar. Estos días me llego a tu blog como quien espera ser informado de un milagro. Qué emoción. Final de curso, principio de vida.

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