Quizá sea demasiado largo (quien avisa no es traidor) para leído en la pantalla, pero estando en internet, no me resisto. Ahí va el trampolínk al texto que escribí para Nueva Revista sobre Miguel Hernández.
No suelo dar demasiada importancia a las erratas, enfermedad profesional del escritor (y particularmente del poeta). Pero en la transcripción que en artículo se hace de la "Canción última", figura una que quiero señalar, por parecerme que desvirtúa en algo el verdadero sentido de lo que allí se dice. El verso transcrito como "con su ruidosa cama" dice realmente "con su RUINOSA cama". No es ruido, es ruina. Y creo que, aquí, importa.
No suelo dar demasiada importancia a las erratas, enfermedad profesional del escritor (y particularmente del poeta). Pero en la transcripción que en artículo se hace de la "Canción última", figura una que quiero señalar, por parecerme que desvirtúa en algo el verdadero sentido de lo que allí se dice. El verso transcrito como "con su ruidosa cama" dice realmente "con su RUINOSA cama". No es ruido, es ruina. Y creo que, aquí, importa.
ResponderEliminarY tanto que importa. El la página de NR ya no puedo corregirla, pero sí en mi archivo para futuras reproducciones.
ResponderEliminarGracias, marinero, por tu fe (de erratas).