Tenía que ayudar a mi tío José María a montar el portátil nuevo que le han infligido los RRMM, y hablamos varias veces por móvil para quedar. Por la mañana tuve IES. A primera hora de la tarde, Rafa Argüelles vino a montarnos el DVD/TDT y a ver qué le pasaba a la tele. Lo arregló. Con el lío de cables, enlaces y euroconectores, yo no había enchufado el aparato a la corriente. A media tarde, fuimos a lo de la vacuna, y tuve que colgarle el teléfono a mi tío porque ya nos tocaba entrar. A última hora de la tarde, tenía una reunión, no diré de qué para no posar de poeta maldito. Después, la cena... y el portátil de mi tío se quedó sin montar hasta mañana (hoy, espero).
Mi tío lee mis artículos y en un momento dado, viendo mi día, me preguntó, preocupado: “Oye, y el artículo de mañana, ¿ya lo habrás escrito, verdad?” Se temía, me dijo, que saliese un churro apresurado. Me enterneció su preocupación. Le dije “sí, sí” como muy nervioso, para alimentar el suspense. No le adelanté que no había problema, que el artículo de hoy me lo había escrito WFF, nada menos.
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