miércoles, 20 de noviembre de 2013

Sposati e sii sottomessa




"NO he leído, ni pienso, el libro ese que se llama Cásate y sé sumisa, pero si puedo juzgarlo, porque el título es tan grave que me basta para rechazarlo enérgicamente". Así comienza el artículo de Amparo Rubiales, compañera de opinión en el Grupo Joly. Como si nos hubiésemos puesto de acuerdo: el mío


11 comentarios:

  1. No contradiré a EGM que, en una ocasión anterior (hace ya tiempo) me aseguró su convicción de que en el Grupo Joly no había censura; sí diré que ya son unas cuantas veces las que no se ha publicado en el ddc algún comentario mío que, supongo, parecía a sus responsables poco ajustado a lo que desean.

    Reproduzco, de memoria, la última víctima:

    "No soy el único que disiente. El nuevo portavoz de la Conferencia Episcopal, Gil Tamayo, ha señalado su disgusto por el título del libro, y precisado (transcribo literalmente) que 'La sumisión no se corresponde con la doctrina social de la Iglesia. San Pablo nos habla que nuestra vocación es la libertad, no la obediencia ciega. La obediencia cristiana no es cuartelera'.

    Si la no publicación de este comentario (disidente, pero respetuoso), como de sus predecesores, es sólo casualidad, habrá que recordar el viejo chiste sobre los piojos; algunos parecen tener la cabeza llena de casualidades.

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  2. También, por cierto, la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha señalado lo poco que le gusta el tal librito. O sea, que ni la Iglesia ni el PP lo ven bien. Hay un cierto riesgo, creo yo, de que algunas opiniones se salgan por la derecha (¡huyamos por la derecha!, que decía aquel personaje de dibujos animados).

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  3. Gil Tamayo sólo ha leído u oído el título y no soy tan clerical, además, como para dejar que el Conferencia Episcopal me haga la crítica de libros. Y Mato, a mí plim, como debería usted imaginar.

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  4. Pues eso, que ni la Iglesia ni el PP lo ven bien. Y es lógico, por lo demás: la violencia machista (y su larga secuela de asesinatos) parte justamente de esa mentalidad: la mujer debe ser sumisa. Y si en opinión del violento no lo es, o no lo es de modo suficiente, pues se le aplica jarabe de palo, para que aprenda. ¿Tan difícil es entender que la de pareja NO ES una relación basada en la "sumisión", sino en la igualdad en el trato entre ambas partes? La "sumisión" propone exactamente lo contrario: una parte es superior por naturaleza, y en consecuencia la otra debe estarle sometida. Triste y absurdo planteamiento, que además, como recordaba antes, conduce no raramente a consecuencias trágicas. Pero EGM se sale, enmi opinión, por la tangente: no se trata aquí de "crítica de libros". La afirmación de que, repito, "la sumisión no se corresponde con la doctrina social de la Iglesia" no es una afirmación literaria, sino simplemente humana.

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  5. Mi comentario en el periódico iba en sentido contrario, si la Sra Rubiales no había leído le libro que no lo criticara... pues no me lo publicaron.

    Objeción, por demás, lógica si es profesora de universidad y doctora. O ambas cosas cosas se llevan a cabo sin leer y presumiendo de ello. Analfabetismo práctico.

    Un saludo,



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  6. La objeción de que hay que leer un libro antes de criticarlo parece en principio lógica, pero sólo lo parece. Si se publica un libro, por ejemplo, con el título "Los negros deben ser esclavos", o "Los judíos son inferiores" (o, para adoptar el tono admonitorio del que aquí se comenta, "Acepta tu esclavitud", para los primeros, o "tu inferioridad", para los segundos), no hace falta leerlo para que el planteamiento mismo del libro, reflejado en el título, sea abiertamente criticable. Y eso sin contar con que se han publicado en distintos sitios frases entresacadas del libro o resúmenes de él, que permiten hacerse una idea de que el contenido, como cabía esperar, responde al título.

    Yo no he leído el "Mein kampf", de Hitler, ni pienso hacerlo; no obstante lo cual, uno se hace una idea, como puede hacérsela del último best-seller más o menos de moda sin necesidad de leerlo.

    Lo que critica una persona que no ha leído el libro no es el libro mismo, puesto que no lo conoce, sino su planteamiento, que, como el de los negros o los judíos de mi ejemplo, responde a una concepción que a uno, y con buenas razones, le parece inaceptable. La mujer no tiene ni obligación ni motivo alguno para ser más "sumisa" que el hombre en una relación de pareja, ni la "sumisión" de cualquiera de los dos al otro es un planteamiento adecuado para encararla: es, como dije, una relación basada en la igualdad de trato, o al menos debe serlo.

    Y es además un planteamiento especialmente inoportuno y peligroso, dado que, como ya recordé, los maltratadores parten justamente de esa idea: la de que la mujer debe ser sumisa (y si no lo es, o no lo bastante, pues se toman las "medidas" para que lo sea). Tristísima idea, además de radicalmente equivocada.

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  7. Para lo único que no hace falta leer un libro es para no leerlo. Pero para censurarlo, conviene, la verdad.

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  8. Bien; según lo que EGM nos dice, las conocidas falsedades de los "Protocolos de los Sabios de Sión", o las barbaridades del libro de Hitler, o unos cuantos ejemplos más nada difíciles de poner, son del todo imposibles de censurar si uno no ha leído previamente los textos en que se contienen. Una precaución que, por cierto, es raro ver observada aquí cuando se trata de autores o publicaciones históricas de la izquierda, de Marx (por ejemplo) en adelante. El "por sus frutos los conoceréis" le parece inaplicable a los libros, salvo aquellos que, por no ser digamos de su cuerda, le merecen de entrada todas las censuras. Pues qué quiere que le diga: a mí me parece mi postura mucho más coherente que la suya. Imagino que aquella historia que cuenta Borges sobre el título de Machen, "Los tres impostores", de un supuesto libro que se refería con tal adjetivo a Moisés, Jesucristo y Mahoma, le parecerá risible o inverosímil, y no menos, sino más, lo que añade de que "su virtud residía en el nombre y en lo que involucraba ese nombre, no en las ausentes páginas".

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  9. Al fin lo entiendo: exento del deber de leerlas, critica usted mis estradas.

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  10. No suponía a EGM gustoso de la demagogia que aquí practica. Sinceramente, ¿cree de veras que no me leo sus entradas? No, claro: sólo lo finge para sacar de esa ficción argumentos que acaso no encuentra en la realidad. Mala cosa.

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  11. Para que vea, por cierto, que no me inventaba nada al decir que, me cito, "se han publicado en distintos sitios frases entresacadas del libro o resúmenes de él, que permiten hacerse una idea de que el contenido, como cabía esperar, responde al título", le copio enlace al último que he visto, de esta misma mañana: http://blogs.elpais.com/mujeres/2013/11/manual-catolico-para-sumisas-la-mortificacion-nos-gusta.html

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