Desconozco lo que respecto a la DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO (que de eso se trata, no del "aborto") pensarían uno y otro; en el libro que recopila sus artículos, y del que existe edición española, Natalia Ginzburg razona su postura a favor de la despenalización, ejemplo que podría fácilmente multiplicarse. Decir que "los mejores" son... los que piensan como EGM, es pura demagogia. Y que no parezca lamentar en modo alguno los males (bastante imaginarios, en mi opinión) que achaca a la izquierda española, hace sospechar vivamente que él preferiría que no existiera: sólo los "suyos", quienes como todo el mundo sabe tienen la exclusiva (y excluyente) totalidad de la razón. Ya recordé en su otro blog su artículo "La alegría del progre", donde deja claro que los tales son todavía más tontos que malos, pero de todos modos una y otra cosa. Pues en nada de ello tiene razón: entre los mejores de la izquierda (citemos sólo a Savater entre los nuestros) hay muchos que defienden la despenalización del aborto (luego su afirmación contraria es falsa), y quienes creen, como creo yo y como obviamente no cree EGM, que tanto en la izquierda como en la derecha hay gente valiosa (aunque cometa el imperdonable error de no pensar como EGM). Respecto a lo de que "esa izquierda" (es decir, la que no piensa como la derecha; o, más exactamente, como el propio EGM) "se haya acabado", me temo que no es ni siquiera wishful thinking: no llega a tanto. Es, pienso, un mero acunarse con palabras vacías.
Muchas gracias, gato. Dos precisiones. Si se ha acabado esa izquierda o no, lo veremos: la tesis que yo defiendo no es que no quede gente muy residual (con todos los respetos) que siga erre que erre, sino que electoralmente irá descendiendo y descendiendo hasta fundirse en un fraternal abrazo a izquierda unida. Izquierda Fundida, podría titularse el artículo que entonces escriba. Saldrá una izquierda mejor, entonces. Y lo que quiero decir sobre el aborto y el PSOE es que esa bandera no puede levantar ningún entusiasmo en el electorado, del mismo modo que tampoco nadie lee a Ginzburg por su defensa del aborto (sino por Léxico familiar) ni a Savater (que nunca se olvida de subrayar que es un drama horrible). Dicho lo cual, vuelvo a agradecerle sus palabras, tan valiosas, de todo corazón.
Agradezco su agradecimiento, aunque vuelvo a recordar (la tendencia de cierta derecha a olvidarlo es tenazmente persistente) que lo que defendió en su día Natalia Ginzburg o defiende hoy Savater (o el PSOE) no es "el aborto", sino LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO, cosa muy diferente, por más que EGM parezca no querer verlo.
Respecto a la condición "residual" del propio PSOE, decir eso de un partido que, en sus peores resultados desde hace muchos años, ha obtenido sin embargo casi 7 millones de votos (es decir, más que la suma de todos los demás excluido el PP), parece algo a medias entre un ejercicio de voluntarismo y el cuento de la lechera.
Sobre quién lee qué, es obvio que tampoco se lee a los escritores destacados que son contrarios a la despenalización por ese hecho, sino por la calidad de sus escritos. En todo caso, yo no hablaba de eso; me limitaba a denunciar lo absurdo de su afirmación según la cual, se entiende, "los mejores" de la izquierda están en contra de la despenalización: eso es falso, simplemente. (A no ser que ese "mejores" sea del todo subjetivo, y se entienda que lo son aquellos que EGM decide que lo sean).
Le recuerdo, para situar las cosas en una perspectiva un poco menos sesgada, que Savater ha dicho claramente que, cito, "Comprendo que haya otras personas que crean que desde el comienzo la vida humana debe ser respetada, promocionada, etc. Es una cuestión moral a debatir. Desde luego, utilizar expresiones como crimen, holocausto, etc., es pura superstición y fanfarria ideológica clerical". El problema es que EGM repetiría acaso la primera parte de esta cita, pero, mucho me lo temo, ocultaría cuidadosamente su final. No es mi caso: acepto y respeto la opinión de cada cual, pero procuro efectivamente respetarla, no utilizarla sesgadamente para arrimar el ascua a mi sardina. Si EGM está seguro de que ése es también su caso..., él verá.
Le guste o no, en resumen, hay excelentes y valiosísimas personas en la izquierda (y, por cierto, algunas también, aunque desde luego menos, en la derecha), que están a favor de la despenalización. Y esto es así, por más vueltas que él prefiera darle.
Bien. Es la despenalización de lo que hablamos, pero con qué ardor se defiende. Eso decía en aquel artículo que tantas alegrías me ha dado y que usted no olvida. ¿Vería usted una diferencia cualitativa entre la despenalización de la pedofilia y su subvención y su declaración de derecho y avance social y la autorización? La hay, claro, pero cuesta verla en la práctica.
Sume a mis innumerables agradecimientos hacia su tenacidad (en la línea de Gómez Dávila, naturalmente, pues la contradicción nos ayuda a pensar) dos más:
1) efectivamente tiene toda la razón (y ya sabe cuánto me gusta dársela si puedo) en que mi concepción de los mejores en este caso es circular: son los mejores porque les espanta el aborto. Y ya puede ser muy de derechas un tipo que como sea muy defensor del sacrosanto derecho progresista de finiquitar a un feto, tendrá mi constante y profundo desprecio, con todos los respetos por el resto de su obra, si lo merece, y por su persona, que sí lo merece.
2) la cita de Savater, preclaro ejemplo de tolerancia y respeto, eh: "pura superstición y fanfarria ideológica y clerical". Oh, oh, qué alegría del progre. No conocía la cita, espero que me perdone mis lagunas savaterianas, pero se la agradezco para saber con que bueyes aramos.
Y por último no se me emperre con el aborto. El PSOE actual está muerto, con sus 7 millones de votos, y necesita un cambio de líderes y sobre todo de planteamientos. Lea el artículo entero: el paro, dejar las reformas de calado a la derecha, desoír las demandas de justicia penal de la calle, etc., no les deja mucho campo, no. Agitando marcial y confrontante la bandera del progreso social de la despenalización-subvención-amplicación a las menores de edad-deprecio del papel del padre-eugenesia activa del aborto no levantará entusiasmos, salvo algunos. Si es cuento de la lechera o no, lo veremos en próximas elecciones, no se me adelante. Como vimos, a propósito, hablando de otro artículo mío que le irritó mucho, que Mayor tenía razón y que Zapatero seguía negociando con ETA, como él mismo reconoció y El País. Tengamos paciencia, ande.
Mucho habría que comentar respecto a su última respuesta, pero esto se haría interminable. Me limito a copiar aquí lo comentado en un "chat" de EL PAÍS por Luis R. Aizpeolea, el especialista de dicho periódico en cuestiones vascas:
"Entonces, ¿tenía razón el señor Mayor Oreja cuando alertaba diciendo que el Gobierno seguía negociando con ETA?
NO. El Gobierno no negoció con ETA desde la ruptura de la tregua en junio de 2007. Eguiguren lo cuenta en el libro. Eso no significa que el Gobierno, como es su obligación, supiera lo que pasaba en ese mundo".
La fecha de esa conversación es 5-12-2011, y puede verla en EL PAÍS si lo desea.
Y, con respecto a la petición de principio que usted mismo reconoce (los mejores de la izquierda son contrarios a la despenalización del aborto, por la excelente razón de que ser contrario a ella les convierte en los mejores), en efecto se comenta sola.
Yo creo tener una paciencia bastante notable. El problema, me parece, es que en éstas y en otras cuestiones públicas hay dos tipos de posturas: la de quien piensa que básicamente son asuntos de buenos (los míos) y malos (los otros), pensamiento a partir del cual se vuelve bastante previsible la reacción respecto a cualquier asunto, y la de quien entiende que no hay tal cosa, sino que cada uno puede tener, incluso de un modo honesto e inteligente, sus razones, y que todas son en principio atendibles, por más que uno tenga naturalmente su propia opinión. Observe que sus descalificaciones globales del "progre" abundan, y dígame si alguna vez me ha visto a mí descalificar globalmente a la derecha (o a la izquierda, tanto da).
Y un último detalle: en una nota relativamente reciente de su otro blog nos informaba, si recuerdo bien, que en las últimas elecciones votó al PP. Es cosa que a mí me parece del todo natural. A usted, en cambio, debiera parecérselo un poquito menos, visto el "constante y profundo desprecio" a que se refiere, ya que el PP, teniendo en su momento mayoría absoluta, nada hizo por eliminar la despenalización del aborto, ni manifiesta intención de hacerlo ahora, con una mayoría más absoluta aún. Dadas sus convicciones respecto a que se trata de un crimen y un genocidio, es obvio que el PP es colaborador, al menos por omisión, en él. Puede apostar lo que desee, con la absoluta seguridad de ganar la apuesta, a que yo jamás he apoyado, ni apoyaría, a un partido al que pudiese acusar con razón de "colaborador necesario" (como se dice en Derecho) de un genocidio, que además continúa.
Claro que yo, y termino, no me quedo ahí; entiendo perfectamente que, como decía creo que Bismarck, "la política es el arte de lo posible", y que usted hubiera votado con más gusto al PP si defendiese activamente la prohibición absoluta. Y ésa, me temo, es la decisiva diferencia entre una y otra actitud: yo me esfuerzo en ponerme en el lugar del otro y en comprender sus motivos y razones, aunque no los comparta. Usted mismo verá si ése es su caso; a mí no me lo parece.
Reconozco, eso sí, su paciencia con opiniones que tanto difieren de las suyas; sé de más de uno de sus mismas ideas (y de las contrarias, por cierto) que hace mucho tiempo que, sencillamente, hubiera censurado mis comentarios. En eso le encuentro a usted admirable, por raro, y un recordatorio permanente para mí de que en efecto hay, en uno y otro lado, gente con la que se puede razonar, y discrepar, amigablemente. Ojalá esa postura (tan rara, lo repito) fuese mucho más abundante, si es posible hasta ser mayoritaria; mejor nos iría a todos.
Recuerda mal: no voté al PP, ni en este blog ni en el otro.
Y sí, hombre, no se recree en la victoria: para mí los mejores en ambos campos son los que se ponen al aborto o a su despenalización y en el artículo me salió sin querer una viruta redundante. Mea culpa, que no quita que piense que son los mejores, aunque sea por eso mismo, como usted entiende.
La verdad es que con eso de negocio no negocio y sí pero no, es difícil seguir los pasos de baile de unos y de otros. El caso es que como dijo Mayor, ahí tenemos a los batasunos en el Congreso y en el Ayuntamiento de San Sebastián.
Pido perdón pues por (cuántas pes) mi mala memoria (ahora emes, oiga). No me negará, en cambio, que otros muchos de orientación ideológica conservadora y enemigos acérrimos de la despenalización sí lo han hecho; vale para ellos lo que erróneamente decía para usted.
Respecto a la presencia de pro-etarras en uno y otro lado, desde el momento en que se autorizó el partido que los acogía, la profecía no tenía mérito. Es el otro asunto, el de la negociación, el que tenía intríngulis. Y ahí, yo no veo que ni Mayor Oreja (ni usted, al jalearle) tuvieran razón.
Y pido perdón si parezco "recrearme en la victoria". No pretendo tal cosa. La victoria que de veras me importa es cuando creo haberme entendido (desde el respeto a las posiciones distintas, y hasta contrarias, de cada uno) con alguien de otras ideas. Eso es lo que verdaderamente me parece importante, en un país con tan poca tradición en ese sentido, tan poco acostumbrado a la espléndida máxima inglesa de "cenar constantemente con la oposición". Que ganen unos u otros es cosa que cambia con el tiempo; que nos acostumbremos a entender y respetar al otro, una deseabilísima adquisición permanente (si ocurriera; ojalá). Gracias por su buena disposición al respecto; cuánto ganaríamos todos, repito, si hubiera mucha más gente así.
No quiero aprovecharme de su mala memoria. Su argumento estaba bien, porque no voté a un partido antiabortista, sino a uno más consecuente, creo o creía.
Tampoco quiero que parezca virtud lo que es interés. Sus argumentos me vienen de maravilla para afinar los míos y su actitud vigilante para no incurrir (o hacerlo, pero con conocimiento de causa) en autocomplacencias. El agradecido, pues, soy yo, que conste.
Ciñéndome a lo que considero más importante, el del aborto:
También me parece un síntoma de desfonde el que nos entretengamos en discusiones sobre la edad de la madre o la opinión de los abuelos, dejando la matanza de inocentes en un segundo lugar. Ojo con eso, que es una gran victoria del psoe y de todo el abortismo patrio, también del ampliamente representado en el PP.
En ese sentido, tengo que recomendar la reciente columna de Juan Manuel de Prada en ABC:
Desconozco lo que respecto a la DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO (que de eso se trata, no del "aborto") pensarían uno y otro; en el libro que recopila sus artículos, y del que existe edición española, Natalia Ginzburg razona su postura a favor de la despenalización, ejemplo que podría fácilmente multiplicarse. Decir que "los mejores" son... los que piensan como EGM, es pura demagogia. Y que no parezca lamentar en modo alguno los males (bastante imaginarios, en mi opinión) que achaca a la izquierda española, hace sospechar vivamente que él preferiría que no existiera: sólo los "suyos", quienes como todo el mundo sabe tienen la exclusiva (y excluyente) totalidad de la razón. Ya recordé en su otro blog su artículo "La alegría del progre", donde deja claro que los tales son todavía más tontos que malos, pero de todos modos una y otra cosa. Pues en nada de ello tiene razón: entre los mejores de la izquierda (citemos sólo a Savater entre los nuestros) hay muchos que defienden la despenalización del aborto (luego su afirmación contraria es falsa), y quienes creen, como creo yo y como obviamente no cree EGM, que tanto en la izquierda como en la derecha hay gente valiosa (aunque cometa el imperdonable error de no pensar como EGM). Respecto a lo de que "esa izquierda" (es decir, la que no piensa como la derecha; o, más exactamente, como el propio EGM) "se haya acabado", me temo que no es ni siquiera wishful thinking: no llega a tanto. Es, pienso, un mero acunarse con palabras vacías.
ResponderEliminarMuchas gracias, gato. Dos precisiones. Si se ha acabado esa izquierda o no, lo veremos: la tesis que yo defiendo no es que no quede gente muy residual (con todos los respetos) que siga erre que erre, sino que electoralmente irá descendiendo y descendiendo hasta fundirse en un fraternal abrazo a izquierda unida. Izquierda Fundida, podría titularse el artículo que entonces escriba. Saldrá una izquierda mejor, entonces. Y lo que quiero decir sobre el aborto y el PSOE es que esa bandera no puede levantar ningún entusiasmo en el electorado, del mismo modo que tampoco nadie lee a Ginzburg por su defensa del aborto (sino por Léxico familiar) ni a Savater (que nunca se olvida de subrayar que es un drama horrible). Dicho lo cual, vuelvo a agradecerle sus palabras, tan valiosas, de todo corazón.
ResponderEliminarAgradezco su agradecimiento, aunque vuelvo a recordar (la tendencia de cierta derecha a olvidarlo es tenazmente persistente) que lo que defendió en su día Natalia Ginzburg o defiende hoy Savater (o el PSOE) no es "el aborto", sino LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO, cosa muy diferente, por más que EGM parezca no querer verlo.
EliminarRespecto a la condición "residual" del propio PSOE, decir eso de un partido que, en sus peores resultados desde hace muchos años, ha obtenido sin embargo casi 7 millones de votos (es decir, más que la suma de todos los demás excluido el PP), parece algo a medias entre un ejercicio de voluntarismo y el cuento de la lechera.
Sobre quién lee qué, es obvio que tampoco se lee a los escritores destacados que son contrarios a la despenalización por ese hecho, sino por la calidad de sus escritos. En todo caso, yo no hablaba de eso; me limitaba a denunciar lo absurdo de su afirmación según la cual, se entiende, "los mejores" de la izquierda están en contra de la despenalización: eso es falso, simplemente. (A no ser que ese "mejores" sea del todo subjetivo, y se entienda que lo son aquellos que EGM decide que lo sean).
Le recuerdo, para situar las cosas en una perspectiva un poco menos sesgada, que Savater ha dicho claramente que, cito, "Comprendo que haya otras personas que crean que desde el comienzo la vida humana debe ser respetada, promocionada, etc. Es una cuestión moral a debatir. Desde luego, utilizar expresiones como crimen, holocausto, etc., es pura superstición y fanfarria ideológica clerical". El problema es que EGM repetiría acaso la primera parte de esta cita, pero, mucho me lo temo, ocultaría cuidadosamente su final. No es mi caso: acepto y respeto la opinión de cada cual, pero procuro efectivamente respetarla, no utilizarla sesgadamente para arrimar el ascua a mi sardina. Si EGM está seguro de que ése es también su caso..., él verá.
Le guste o no, en resumen, hay excelentes y valiosísimas personas en la izquierda (y, por cierto, algunas también, aunque desde luego menos, en la derecha), que están a favor de la despenalización. Y esto es así, por más vueltas que él prefiera darle.
Bien. Es la despenalización de lo que hablamos, pero con qué ardor se defiende. Eso decía en aquel artículo que tantas alegrías me ha dado y que usted no olvida. ¿Vería usted una diferencia cualitativa entre la despenalización de la pedofilia y su subvención y su declaración de derecho y avance social y la autorización? La hay, claro, pero cuesta verla en la práctica.
ResponderEliminarSume a mis innumerables agradecimientos hacia su tenacidad (en la línea de Gómez Dávila, naturalmente, pues la contradicción nos ayuda a pensar) dos más:
1) efectivamente tiene toda la razón (y ya sabe cuánto me gusta dársela si puedo) en que mi concepción de los mejores en este caso es circular: son los mejores porque les espanta el aborto. Y ya puede ser muy de derechas un tipo que como sea muy defensor del sacrosanto derecho progresista de finiquitar a un feto, tendrá mi constante y profundo desprecio, con todos los respetos por el resto de su obra, si lo merece, y por su persona, que sí lo merece.
2) la cita de Savater, preclaro ejemplo de tolerancia y respeto, eh: "pura superstición y fanfarria ideológica y clerical". Oh, oh, qué alegría del progre. No conocía la cita, espero que me perdone mis lagunas savaterianas, pero se la agradezco para saber con que bueyes aramos.
Y por último no se me emperre con el aborto. El PSOE actual está muerto, con sus 7 millones de votos, y necesita un cambio de líderes y sobre todo de planteamientos. Lea el artículo entero: el paro, dejar las reformas de calado a la derecha, desoír las demandas de justicia penal de la calle, etc., no les deja mucho campo, no. Agitando marcial y confrontante la bandera del progreso social de la despenalización-subvención-amplicación a las menores de edad-deprecio del papel del padre-eugenesia activa del aborto no levantará entusiasmos, salvo algunos. Si es cuento de la lechera o no, lo veremos en próximas elecciones, no se me adelante. Como vimos, a propósito, hablando de otro artículo mío que le irritó mucho, que Mayor tenía razón y que Zapatero seguía negociando con ETA, como él mismo reconoció y El País. Tengamos paciencia, ande.
Mucho habría que comentar respecto a su última respuesta, pero esto se haría interminable. Me limito a copiar aquí lo comentado en un "chat" de EL PAÍS por Luis R. Aizpeolea, el especialista de dicho periódico en cuestiones vascas:
Eliminar"Entonces, ¿tenía razón el señor Mayor Oreja cuando alertaba diciendo que el Gobierno seguía negociando con ETA?
NO. El Gobierno no negoció con ETA desde la ruptura de la tregua en junio de 2007. Eguiguren lo cuenta en el libro. Eso no significa que el Gobierno, como es su obligación, supiera lo que pasaba en ese mundo".
La fecha de esa conversación es 5-12-2011, y puede verla en EL PAÍS si lo desea.
Y, con respecto a la petición de principio que usted mismo reconoce (los mejores de la izquierda son contrarios a la despenalización del aborto, por la excelente razón de que ser contrario a ella les convierte en los mejores), en efecto se comenta sola.
Yo creo tener una paciencia bastante notable. El problema, me parece, es que en éstas y en otras cuestiones públicas hay dos tipos de posturas: la de quien piensa que básicamente son asuntos de buenos (los míos) y malos (los otros), pensamiento a partir del cual se vuelve bastante previsible la reacción respecto a cualquier asunto, y la de quien entiende que no hay tal cosa, sino que cada uno puede tener, incluso de un modo honesto e inteligente, sus razones, y que todas son en principio atendibles, por más que uno tenga naturalmente su propia opinión. Observe que sus descalificaciones globales del "progre" abundan, y dígame si alguna vez me ha visto a mí descalificar globalmente a la derecha (o a la izquierda, tanto da).
Y un último detalle: en una nota relativamente reciente de su otro blog nos informaba, si recuerdo bien, que en las últimas elecciones votó al PP. Es cosa que a mí me parece del todo natural. A usted, en cambio, debiera parecérselo un poquito menos, visto el "constante y profundo desprecio" a que se refiere, ya que el PP, teniendo en su momento mayoría absoluta, nada hizo por eliminar la despenalización del aborto, ni manifiesta intención de hacerlo ahora, con una mayoría más absoluta aún. Dadas sus convicciones respecto a que se trata de un crimen y un genocidio, es obvio que el PP es colaborador, al menos por omisión, en él. Puede apostar lo que desee, con la absoluta seguridad de ganar la apuesta, a que yo jamás he apoyado, ni apoyaría, a un partido al que pudiese acusar con razón de "colaborador necesario" (como se dice en Derecho) de un genocidio, que además continúa.
Claro que yo, y termino, no me quedo ahí; entiendo perfectamente que, como decía creo que Bismarck, "la política es el arte de lo posible", y que usted hubiera votado con más gusto al PP si defendiese activamente la prohibición absoluta. Y ésa, me temo, es la decisiva diferencia entre una y otra actitud: yo me esfuerzo en ponerme en el lugar del otro y en comprender sus motivos y razones, aunque no los comparta. Usted mismo verá si ése es su caso; a mí no me lo parece.
Reconozco, eso sí, su paciencia con opiniones que tanto difieren de las suyas; sé de más de uno de sus mismas ideas (y de las contrarias, por cierto) que hace mucho tiempo que, sencillamente, hubiera censurado mis comentarios. En eso le encuentro a usted admirable, por raro, y un recordatorio permanente para mí de que en efecto hay, en uno y otro lado, gente con la que se puede razonar, y discrepar, amigablemente. Ojalá esa postura (tan rara, lo repito) fuese mucho más abundante, si es posible hasta ser mayoritaria; mejor nos iría a todos.
Recuerda mal: no voté al PP, ni en este blog ni en el otro.
ResponderEliminarY sí, hombre, no se recree en la victoria: para mí los mejores en ambos campos son los que se ponen al aborto o a su despenalización y en el artículo me salió sin querer una viruta redundante. Mea culpa, que no quita que piense que son los mejores, aunque sea por eso mismo, como usted entiende.
La verdad es que con eso de negocio no negocio y sí pero no, es difícil seguir los pasos de baile de unos y de otros. El caso es que como dijo Mayor, ahí tenemos a los batasunos en el Congreso y en el Ayuntamiento de San Sebastián.
Pido perdón pues por (cuántas pes) mi mala memoria (ahora emes, oiga). No me negará, en cambio, que otros muchos de orientación ideológica conservadora y enemigos acérrimos de la despenalización sí lo han hecho; vale para ellos lo que erróneamente decía para usted.
EliminarRespecto a la presencia de pro-etarras en uno y otro lado, desde el momento en que se autorizó el partido que los acogía, la profecía no tenía mérito. Es el otro asunto, el de la negociación, el que tenía intríngulis. Y ahí, yo no veo que ni Mayor Oreja (ni usted, al jalearle) tuvieran razón.
Y pido perdón si parezco "recrearme en la victoria". No pretendo tal cosa. La victoria que de veras me importa es cuando creo haberme entendido (desde el respeto a las posiciones distintas, y hasta contrarias, de cada uno) con alguien de otras ideas. Eso es lo que verdaderamente me parece importante, en un país con tan poca tradición en ese sentido, tan poco acostumbrado a la espléndida máxima inglesa de "cenar constantemente con la oposición". Que ganen unos u otros es cosa que cambia con el tiempo; que nos acostumbremos a entender y respetar al otro, una deseabilísima adquisición permanente (si ocurriera; ojalá). Gracias por su buena disposición al respecto; cuánto ganaríamos todos, repito, si hubiera mucha más gente así.
No quiero aprovecharme de su mala memoria. Su argumento estaba bien, porque no voté a un partido antiabortista, sino a uno más consecuente, creo o creía.
ResponderEliminarTampoco quiero que parezca virtud lo que es interés. Sus argumentos me vienen de maravilla para afinar los míos y su actitud vigilante para no incurrir (o hacerlo, pero con conocimiento de causa) en autocomplacencias. El agradecido, pues, soy yo, que conste.
Ciñéndome a lo que considero más importante, el del aborto:
ResponderEliminarTambién me parece un síntoma de desfonde el que nos entretengamos en discusiones sobre la edad de la madre o la opinión de los abuelos, dejando la matanza de inocentes en un segundo lugar. Ojo con eso, que es una gran victoria del psoe y de todo el abortismo patrio, también del ampliamente representado en el PP.
En ese sentido, tengo que recomendar la reciente columna de Juan Manuel de Prada en ABC:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=20376