Una precisión a lo que se dice en el artículo (que prefiero hacer aquí, porque allí piden para hacerla "estar registrado", y yo soy poco partidario de registros): se dice que en el paganismo el considerado culpable de algún modo tenía que serlo y asumir su culpa, y se pone el ejemplo de Edipo. Ni Prometeo (véase Esquilo), por poner un ejemplo mítico, ni Sócrates en su alegato platónico, por poner otro real, confirman semejante idea, sino todo lo contrario; me temo que la realidad del paganismo, como suele ocurrir con la realidad, sea un tanto (un mucho) más complicada y rica de lo que ahí se pinta.
Desaparecido en combate, supongo que por causas informáticas, el comentario que envié ayer, vuelvo en éste a contar lo que en él decía. Y era que la oposición que se hace en el artículo entre el paganismo, con la supuesta admisión necesaria de la culpabilidad, y el cristianismo (o, mejor, lo judeocristiano), es arbitrariamente simplificadora. Ni Prometeo (por citar un ejemplo mítico) ni Sócrates (por citar otro histórico) admiten ser culpables; son, como allí se dice, cada uno "la Antígona de su propia causa". (De paso: el ejemplo de Antígona muestra igualmente que la admisión de la culpa no es cosa tan inevitable o dada como allí parece suponerse).
Eso no les sitúa fuera del paganismo; sólo muestra que éste es más amplio de lo que Girard (y, supongo, EGM) sostienen, sin duda para enfrentarlo cómodamente a lo cristiano.
¿Dónde irá buey que no are? ¿Dónde gato que no rasque? ¿Dónde flauta que no se atasque? ¿Dónde necio que no pare ? Verás, amigo bloggero y vecino, que Con el tiempo tu lectura empieza a hacerme efecto. El valor de mis versos deja mucho que desear, lo sé, pero no he podido refrenar el ardor de mis impulsos. Paciencia, sapiencia y al toro (perdón, al felino)
Gracias a NGG por la "necedad" que prefiere atribuirme. Yo no creo en cambio (sin duda por mis limitaciones felinas) que quien no piense como yo sea un necio. Más aún, entiendo, como el titular del blog (que, sin duda también por las suyas, nunca me ha calificado así), que es útil y de agradecer que a uno le corrijan. Que prefieran insultarle es cosa que también puede pasar, como se ve; lamentablemente, no (des)califica al insultado, sino al insultador. Contradiga NGG mis argumentos, si puede y si sabe, en lugar de mostrar sus vergüenzas de esta manera, que en nada contribuye a mejorarnos, ni a mí ni (sobre todo) a él.
Qué poca cuerda tiene, gatito, yo, sololo, sólo quise hacer un chistecito. Y perdón por el tartamudeo, que no va con retranca, sólolo que mi teclado de vez en cuando se atranca.
Una precisión a lo que se dice en el artículo (que prefiero hacer aquí, porque allí piden para hacerla "estar registrado", y yo soy poco partidario de registros): se dice que en el paganismo el considerado culpable de algún modo tenía que serlo y asumir su culpa, y se pone el ejemplo de Edipo. Ni Prometeo (véase Esquilo), por poner un ejemplo mítico, ni Sócrates en su alegato platónico, por poner otro real, confirman semejante idea, sino todo lo contrario; me temo que la realidad del paganismo, como suele ocurrir con la realidad, sea un tanto (un mucho) más complicada y rica de lo que ahí se pinta.
ResponderEliminarDesaparecido en combate, supongo que por causas informáticas, el comentario que envié ayer, vuelvo en éste a contar lo que en él decía. Y era que la oposición que se hace en el artículo entre el paganismo, con la supuesta admisión necesaria de la culpabilidad, y el cristianismo (o, mejor, lo judeocristiano), es arbitrariamente simplificadora. Ni Prometeo (por citar un ejemplo mítico) ni Sócrates (por citar otro histórico) admiten ser culpables; son, como allí se dice, cada uno "la Antígona de su propia causa". (De paso: el ejemplo de Antígona muestra igualmente que la admisión de la culpa no es cosa tan inevitable o dada como allí parece suponerse).
ResponderEliminarEso no les sitúa fuera del paganismo; sólo muestra que éste es más amplio de lo que Girard (y, supongo, EGM) sostienen, sin duda para enfrentarlo cómodamente a lo cristiano.
¿Dónde irá buey que no are?
ResponderEliminar¿Dónde gato que no rasque?
¿Dónde flauta que no se atasque?
¿Dónde necio que no pare ?
Verás, amigo bloggero y vecino, que Con el tiempo tu lectura empieza a hacerme efecto.
El valor de mis versos
deja mucho que desear,
lo sé, pero
no he podido refrenar
el ardor de mis impulsos.
Paciencia, sapiencia y al toro (perdón, al felino)
Gracias a NGG por la "necedad" que prefiere atribuirme. Yo no creo en cambio (sin duda por mis limitaciones felinas) que quien no piense como yo sea un necio. Más aún, entiendo, como el titular del blog (que, sin duda también por las suyas, nunca me ha calificado así), que es útil y de agradecer que a uno le corrijan. Que prefieran insultarle es cosa que también puede pasar, como se ve; lamentablemente, no (des)califica al insultado, sino al insultador. Contradiga NGG mis argumentos, si puede y si sabe, en lugar de mostrar sus vergüenzas de esta manera, que en nada contribuye a mejorarnos, ni a mí ni (sobre todo) a él.
EliminarQué poca cuerda tiene, gatito,
ResponderEliminaryo, sololo, sólo quise hacer un chistecito.
Y perdón por el tartamudeo,
que no va con retranca,
sólolo que mi teclado
de vez en cuando se atranca.