.
Desde Aristóteles o antes, los antiguos sostenían que el arte es la imitación de la naturaleza. Aunque nos parezca increíble, aquello no ofendía a los señores artistas, quizá porque estaban muy ocupados en perfeccionar su oficio. Ellos se congratulaban si los pájaros intentaban picotear las frutas de un cuadro: significaba que la imitación había sido aceptada por la mismísima imitada.
Pero Oscar Wilde, en un ensayo deslumbrante, sostuvo que la naturaleza imita al arte. Lo argumentó con brillantez. Hay dimensiones de la naturaleza que sólo somos capaces de ver cuando el arte las crea o, dicho de otro modo, cuando nos enseña a mirarlas. Wilde ponía el ejemplo de las puestas de sol. Hasta que un pintor genial no nos mostró su belleza, no fuimos capaces de pasmarnos ante un horizonte encendido de malvas. Pondré otro ejemplo menos mayestático: Miguel d’Ors describe a las avispas como “esos tigres condensados”. Desde que lo leí, cuando una revolotea a alrededor, no dejo de sentir el peligro de oro de los grandes felinos. Prefiero que no me pique, claro, pero en cualquier caso la veo con ojos traspuestos de aventura y exotismo.
Sin el genio y las gotas de ironía esteticista del irlandés, algunos se han tomado su teoría al pie de la letra y han puesto al artista al nivel del Creador. Su orgullo ha acabado siendo, en vez de atraer a los pájaros, espantarlos (véanse, como muestra, algunos de los últimos espantapájaros, quiero decir, esculturas de ARCO). Pero si le quitamos algo de hierro y las mayúsculas y la compaginamos con la teoría clásica, hay que reconocer a las ideas de Wilde su parte de verdad.
Lo que yo me pregunto ahora es si la naturaleza imitará también a la ciencia, porque ha sido saltar el escándalo del Climagate, que pone muy en cuestión los fundamentos y los métodos científicos del calentamiento global, y ha empezado a hacer un frío intenso e interminable. Hasta la población de osos polares, con la pena que nos han dado los osos, resulta que hoy por hoy está cerca de su máximo histórico. Qué alegría.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario