NO-BLOGG
Quince años es el ritmo al que se suceden las generaciones, según Ortega. Nada de extraño tiene que esos sindicalistas, descontentos con las condiciones laborales de la suya, aguardasen a que vinieran tiempos mejores. Jil.
Quince años es el ritmo al que se suceden las generaciones, según Ortega. Nada de extraño tiene que esos sindicalistas, descontentos con las condiciones laborales de la suya, aguardasen a que vinieran tiempos mejores.
ResponderEliminarJil.