La historia es muy bonita y el gesto de Carmen, más. Pero no me puedo resistir a señalar la aclaración que cada año doy a mis hijos cuando vienen con el mismo sobre. Que ayudar a los pobres para que puedan tener comida, ropa, casa y demás no sólo es bueno sino obligación de justicia, pero que en el caso del Domund el destino del dinero es todavía más importante, mucho más. Porque los misioneros van a alimentarlos, a vestirlos, a enseñarles... Pero eso lo pueden hacer otros. Los misioneros, además, le llevan algo mucho más grande, que es a Cristo, cumpliendo el mandato (que nosotros quizá olvidamos) de id y propagad en Evangelio.
No rebajemos la grandeza del misionero olvidando su tarea principal, de la que brotan las demás.
La historia es muy bonita y el gesto de Carmen, más. Pero no me puedo resistir a señalar la aclaración que cada año doy a mis hijos cuando vienen con el mismo sobre. Que ayudar a los pobres para que puedan tener comida, ropa, casa y demás no sólo es bueno sino obligación de justicia, pero que en el caso del Domund el destino del dinero es todavía más importante, mucho más. Porque los misioneros van a alimentarlos, a vestirlos, a enseñarles... Pero eso lo pueden hacer otros. Los misioneros, además, le llevan algo mucho más grande, que es a Cristo, cumpliendo el mandato (que nosotros quizá olvidamos) de id y propagad en Evangelio.
ResponderEliminarNo rebajemos la grandeza del misionero olvidando su tarea principal, de la que brotan las demás.
Siempre agradezco los comentarios y puntualizaciones a mis artículos de Gonzalo, pero hoy más que nunca. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarNo se merecen. Gracias a ti.
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