miércoles, 8 de enero de 2014
Tras dos miércoles callado
En el silencio rebullen las preguntas...
Lo curioso de este artículo —y lo que lo hace fallido— es que el sentimiento va por un lado (el silencio) y las palabras, qué remedio, por otro: el de los temas de los que habría hablado, y hablo.
(Escribir artículos fallidos a conciencia a veces no está tan mal, me digo.)
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El silencio puede servir para reafirmar posiciones compartidas. Recuerdo un juicio en que, frente a una alegación descabellada, el abogado de la otra parte sólo tuvo que cruzar su mirada con la del juez, y callar.
ResponderEliminarPero cuando hay variedad de opiniones, es preciso pronunciarse, no para ganar al adversario sino para convencerlo.
Jilguero