Para la novela El despertar de la señorita Prim, de Natalia Sanmartín [qué incómoda la rima entre novela y autora, al estilo de la novela del barro que escribió Julia Navarro], se me ocurren cuatro posibilidades:
- Ver la que creo yo que es la clave de lectura, aquí, en una columna de opinión, naturalmente.
- Mordisquear [sic] estos pastelitos que ofrece el Barbero del rey de Suecia.
- Buscar el libro y zampárselo, que es lo que yo hice.
- Regalarlo a su novia o a su mujer o a su madre, que es lo que yo recomiendo encarecidamente, y también he hecho. No, no a su suegra o a su cuñada, eso nunca, que el libro tiene un fondo de combate que podrían personalizar.
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