viernes, 14 de junio de 2013

El moto de mi escudo


cada día. 


7 comentarios:

  1. Así dicho queda un poco cursi, jajaja,

    Apuntado en mi lista de pendientes José Mateos, gracias!

    ResponderEliminar
  2. Pero ¿qué estrategas quieren vaciar de sentido la institución? ¿Quién, quiénes, algo, alguien?
    Perdona, Enrique, pero ¿no sufres cierta manía persecutoria con este tema?

    ResponderEliminar
  3. ¡Más que cursi, juanramoniano!

    No hay nada que perdonar. Y, desde luego, si sufriera manía persecutoria, no sería yo el más adecuado para diagnosticármela, como es lógico.

    ResponderEliminar
  4. Como los políticos, esquivas la pregunta, Enrique.

    ResponderEliminar
  5. Y lo demás —ya dentro de mi probable manía persecutoria— lo digo en el artículo. Quizá con buena intención [empiezo reconociéndola], o sin mala, con un consenso implícito a lo MacLuhan, todo hoy persigue al matrimonio. Sería interesante hacer un estudio de cómo se trataba la institución en los años 40-50 y cómo ahora en el cine, en la música, en la publicidad...

    ResponderEliminar
  6. Quizá por no estar casado no tengo sensibilidad para captar esa "persecución" de la que tú hablas, término que, al ponerlo tú en cursiva, no sé si quiere ser una metáfora o todo lo contrario, una descripción exacta de lo que está ocurriendo.
    Ese estudio sería desde luego muy interesante, y seguro que ya hay más de uno circulando por el mundo occidental.

    ResponderEliminar